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jueves, 5 de noviembre de 2015

Maratón Lisboa 2015. Crónica y fotos

Hay mucho motivos para correr un maratón, unos más validos que otros, pero hay muchos. Por superación personal, por mejorar tu tiempo, por ayudar a otra persona a terminar, por una apuesta, por sentirte atleta olímpico por un día, por demostrar algo a alguien, por demostrarte algo a ti mismo, por saber que se siente, por entrenamiento para una prueba aun más dura y un largo etcétera. En mi caso, el motivo para correr la maratón de Lisboa, era conocerme a mi mismo. Aunque antes de correr, no sabía si iba a ser un acierto o un error. Hace tiempo leí el libro titulado El caballero de la armadura oxidada, es un libro que mientras lees, te vas analizando a ti mismo y descubres muchas cosas que mejorar. Se lee en poco más de una hora y yo ya lo he leído 4 veces, ya que cada vez que lo lees, encuentras cosas diferentes y con las maratones me pasa parecido. A mi nivel, que me va a golpear el muro al correr una maratón, es algo seguro, pero cada vez respondo diferente al golpe. Lo que quería conseguir durante esos 42km, era ver que me hacia seguir luchando esta vez, un autoanalisis a lo bestia. Lo primero que tuve que hacer antes de presentarme en la linea de salida fue matar el ego lo máximo posible, la ultima vez que me enfrente a la distancia hice una carrera prácticamente perfecta y tenia que asumir que esta vez no iba a ser así, que seguramente no habría tantas sonrisas como en Sevilla, ya que mi nivel de entrenamiento ha bajado drásticamente los últimos meses.



Los momentos antes de la salida, me emocionaron como ninguna vez antes, estaba solo, comenzaba a llover y la gente corría a resguardarse, pero yo permanecía bajo la lluvia. Si va a llover durante la carrera, ¿que más da empezar a mojarme un poco antes?. En todas las anteriores había compartido con más gente esos momentos iniciales, con alguno más de una vez, incluso sin saberlo. El otro día leí que a los géminis nos encanta estar solos, pero odiamos sentirnos solos, y lo cierto es que a mi me gusta mucho estar solo. Puede ser que esa sea una de las cosas que me permite este deporte, estar solo. Ya sea literalmente, corriendo a las 6 de la mañana para ver amanecer desde la playa, o rodeado de miles de personas, pero en el fondo solo, sin oír el bullicio, solo mis pensamientos. Las dudas y la incertidumbre empiezan a crecer dentro de mi, porque tengo miedo de no encontrar lo que he venido a buscar. He venido a por mi mejor yo, a por mi carácter, a por mi fuerza interior, pero...¿y si no lo encuentro? ¿y si me vuelvo a casa peor de lo que he venido?. Todo el que me conoce lo suficiente, sabe que soy un géminis de libro, tengo dos personalidades completamente diferentes y van aflorando a su antojo. El problema es que últimamente me cuesta conocerme, ¿será que me ha salido una tercera? Espero dejar las más débiles en el camino y descubrir la dominante al llegar a Lisboa.



Comienza la carrera en Cascais y deja de llover, hoy la dureza no la marcará el clima, será solo el asfalto. Empiezo a un ritmo que estimo oportuno, para rondar las 4h, pero no tengo ningún dato en el que basarme para saber si es un objetivo realista o no, solo lo que creo conocer a mis piernas y a mi corazón. El principio de la carrera es precioso, vamos bordeando la costa y vemos en todo momento un mar embravecido, como queriendo demostrar su fuerza interior al igual que los miles allí presentes.



Los primeros kilómetros de una maratón deben pasar como si nada si quieres llegar bien al final, pero en este caso incluso "los desprecio", estos kilómetros no me aportan nada a mi objetivo, simplemente son el camino que tengo que recorrer para llegar al muro. Me distraigo pensando tonterías, imaginándome en otra carrera futura, ese ironman que algún día tendré el valor de correr y sobre todo de preparar...Los kilómetros van pasando, voy bebiendo en todos los avituallamientos, quizás en exceso y empiezan a entrarme ganas de hacer pis. En otras carreras largas, las ganas siempre han desaparecido al seguir corriendo, pero esta vez llego a la media y las ganas continúan. Me hago a la idea de que antes o después voy a tener que parar y decido que mejor sea cuanto antes para quitarme el run run de la cabeza, además, si paro cuando este cansado ¿quien me garantiza que volveré a arrancar?



Después de parar, me invade la euforia al deshacerme de la molestia de tener que ir aguantando. Cada kilómetro que entra en el objetivo me da un empujón de motivación, Km 26 y me planteo incluso el "asalto a la maratón" me veo bien para intentar hacer una segunda media más rápida que la primera. Después de un par de kilómetros, decido reservar, no he venido a hacer ningún tiempo, lo que yo busco hoy, es lo que todos los que están a mi alrededor quieren evitar, el mazazo, el muro, ese momento mucho más súbito de lo que la gente cree, que te tira la mascara al suelo y te deja desnudo e indefenso.



Sobre el Km 30 empieza a correr a mi lado ya el tío del mazo, a pesar de que creía que me había dejado el ego en casa, me sale una vena arrogante y sonrío cuando empiezo a notar los primeros signos de flaqueza y digo para mis adentros, "por fin has llegado". La fuerza física empieza a escasear, pero en estos momentos, dejando atrás la praça do comércio, mentalmente me veo imparable. Hablo como si realmente hubiera un tío que me ha echado el ancla a la espalda y que quiere conseguir que abandone, salen frases como "hoy no vas a poder conmigo hijo de puta", " ya sé lo duro que eres y no es para tanto", "te recuerdo que te voy ganado 3-1, y hoy amigo, hoy, no vas a ganar".



Sobre el kilómetro 34, nos juntan de malas maneras, sin ningún aviso con los corredores de la media maratón, si siempre es difícil cuando hay dos distancias no perjudicar, esta vez está especialmente mal hecho. Yo llevo 34km, ellos 13 y me pasan como aviones. A mi me gusta morir en soledad, con intimidad, me estorban y empiezo enfadarme. No quiero que toda esta multitud me distraiga de mis pensamientos, quiero volver 5 minutos atrás donde estaba solo corriendo en la calle. Después de unos minutos consigo volver a centrarme en mi mismo y en mi conversación interior.



El recorrido que había empezado siendo precioso por la costa y en la entrada a Lisboa, ahora se convierte en un polígono lleno de charcos, que nadie parece querer pisar y se van como locos a la acera, yo no tengo ningún problema en cruzar por medio el primer charco, hasta que descubro que me cubre hasta el tobillo y al salir me pesan los pies. Cuando por fin consigo olvidarme de la gente, del recorrido, de los charcos y solo quedo yo luchando contra mi mismo, por fin encuentro lo que he venido a buscar. Una conversación muy fructífera que me deja claro que quien quiero ser es el que hace unos meses se enfrentó a pecho descubierto a la maratón, el que consigue no rendirse cuando todo duele y parece no merecer la pena continuar esforzándose, el que vence al frío, al cierzo y a la pereza por disfrutar de su deporte, el que madruga para correr en ayunas antes de un día sin tiempo para correr, el que sale a las 23h después de trabajar 8h y unas cuantas de universidad, el que se emociona con solo recordar sus carreras, el que sueña con tener el valor de convertirse en ironman... el que creo que en el fondo soy.



Los últimos kilómetros fueron realmente duros y me llevaron al limite de mis fuerzas. Descubrí que los impulsos nerviosos que mi cerebro manda a las piernas, primero pasan por el corazón, porque les di permiso a mis piernas para pararse más de 10 veces y lo cierto es que en ningún momento dejé de correr. Me decía a mi mismo: estás cansado, pero no para tanto, no como para tener que parar de correr. Incluso en el km41 me quise parar a andar, pero no podía pararme entonces, no hay nadie que no pueda correr solo un kilómetro. Finalmente entré en meta como siempre hago, pasando de una cara de dolor y sufrimiento a una sonrisa, lagrimas en los ojos y piel de gallina. El tiempo, que era lo de menos, terminó estando bastante cerca de lo esperado 4h2', señal de que me conozco bien a mi mismo.



Sobre los números ha sido la peor de mis cinco maratones, pero me parece que no la recordaré como tal, la recordaré con cariño, como una pequeña lección y como una pequeña forja del espíritu. Calentándome, lentamente, hasta alcanzar el rojo vivo y recibiendo los golpes que dan la forma final al material bruto, poniendo a prueba mi resiliencia.



Pd. para los más curiosos, amantes de los datos, os abro mi corazón, literalmente: https://connect.garmin.com/modern/activity/931648849

viernes, 9 de octubre de 2015

Maratón de Lisboa, ¿acierto o error?

Deportivamente hablando es un error, no hay duda. Desde la maratón de Sevilla he bajado muchísimo el nivel, los 200km mensuales no los veo desde enero. Pero ahora mismo creo que necesito correrla. Voy a pasarlo mal casi seguro y quiero ver lo que tengo dentro. No es masoquismo. Creo que todo lo contrario. Ahora mismo necesito ver si soy quien era hace unos meses y ahora estoy desdibujado o aquello era un disfraz y soy el de ahora mismo, porque lo cierto es que no soy la misma persona. Lo bueno que tiene una maratón es que es una experiencia de vida resumida en unas horas. En unos días descubriré qué es lo que me da fuerzas para seguir, o si no hay nada que me haga pelear cuando la maratón me golpee fuerte y no puedo terminar, quien sabe. De dos de mis anteriores maratones, recuerdo perfectamente lo que me hizo seguir corriendo y fueron cosas diferentes cada vez.  La cosa es sencilla, el domingo 18, me presentaré en la salida, rodeado de personas, pero solo en el fondo, conmigo mismo, cargado de dudas y emociones, que espero ir despejando kilómetro a kilómetro para llegar a la meta más ligero. 
Espero que durante esas cerca de 4 horas que yo estimo, me conozca un poco más a mi mismo, destruya un trocito más de ego y recuerde quien soy, cuando la maratón me quite la careta de un mazazo y solo deje mi verdadero yo. Si es así, será un acierto.


"El camino del guerrero es muy duro, no somos personas vestidas con kimono y hakama, si no fuera así, esto sería un baile de disfraces"  Carmelo H. Ríos

jueves, 9 de julio de 2015

maratón sevilla 2015. crónica y fotos.

Para ponernos en situación voy a hacer un breve repaso a mi corta vida maratoniana. Zaragoza (septiembre 2013 crónica) el debut soñado, carrera casi perfecta en la que dejo escapar unos minutillos, pero sabe a gloria; Madrid (abril 2014 crónica) un infierno, llegaba lesionado y lo junté con una estrategia suicida, mi peor marca; Pamplona (junio 2014, sin crónica) no estaba en mi mejor momento de forma, así que sin posibilidades de mejorar marca, decido acompañar a mi amigo Sergio en su debut, no fue tan fácil como cabía esperar, ni mucho menos.

Por lo tanto Sevilla es la cuarta de la lista, pero la segunda a la que llego para enfrentarme de tú a tú, dispuesto a lo que sea necesario para arañar algo de tiempo a ese 3h20' conseguido en Zaragoza. Durante el plan especifico he cumplido, pero no con el nivel de exigencia, ni las buenas sensaciones que me gustaría y dejándome llevar las ultimas dos semanas, por lo que soy un manojo de dudas. No sé muy bien para que ritmo estoy, mi idea inicial era ir a por 3:10´, pero lo más seguro es que intente 3:15´ o que ni si quiera pueda mejorar mi marca, dudas y más dudas.

Una maratón es una cosa muy bonita, pero si aprovechas para reencontrarte con gente a la que no puedes ver tanto como te gustaría, mejora la cosa, así que eso hice. Fue un reencuentro con Chris(@chrississipi) y Kiko(@harrier388) que fueron unos anfitriones geniales que me hicieron sentir como en casa, con Isa(@Isa_VMS), la segunda mitad de@BecomeFinisher y con Saioa (@Charcodelocos) que ha venido desde Pamplona a animar, a todos ellos he tenido la suerte de conocerlos gracias a twitter y al deporte, ¡VIVA TWITTER!. Fue una pena que fuera baja de última hora mi compañero de fatigas, Sergio (@TriCitius). El jueves llegaba al Puerto de Santa María, en pleno carnaval, viernes y sábado fueron para disfrutar del sur y del buen tiempo, recoger el dorsal en Sevilla y comer mucha pasta. El domingo llega lo interesante.

Domingo 22 de febrero de 2015 5:30A.M. suena el despertador, por fin ha llegado el día, el día que llevo tiempo evitando y deseando que llegue a partes iguales, en unas horas se resolverán todas las dudas, habrá una marca que resuma todos los entrenamientos pasados, o ni eso, un abandono antes de terminar. Aquí es donde empiezan los verdaderos nervios, los días previos he estado muy bien. Lo mejor para los nervios son las rutinas que te hacen sentir seguro, así que como siempre antes de una carrera difícil, una ducha, el ritual de vestirse y el desayuno de siempre. Tostadas con mantequilla y azúcar y un vaso de leche. Nos montamos en el coche y salimos hacia Sevilla, pero antes recogemos a Juanma (@Juanmapatr) que hoy debuta en maratón. A Isa le ha surgido un asunto de trabajo a ultima hora y no puede venir a animar, así que emprendemos el viaje Kiko, Chris, Juanma, Saioa y yo, 3 maratonianos, uno que lo será en unas horas y otra que lo será, no sé cuando, ella tampoco lo sabe, pero lo será. El viaje dura más o menos una hora, hay momentos de silencio y momentos de conversación, pero a decir verdad voy inmerso en mis pensamientos, intentando trazar un plan a seguir, una hoja de ruta que me ayude a llegar, pero sin éxito, finalmente decido no tener una estrategia firme, pero si escuchar mucho a mi cuerpo.


 Hemos llegado pronto pero ya hay mucho ambiente, mucha gente de corto, mucha gente que comparte nuestra afición, las pulsaciones suben, mis tres maratones van pasando por mi cabeza, lo dura que es, lo bonita que es...este rato me está torturando, necesito empezar a correr.

Me está entrando hambre y no tengo nada para comer, he desayunado hace unas horas ya, me invade la negatividad, "me va a dar una pájara, no puedo empezar a correr una maratón con hambre..." tonterías varias que al final consigo apartar de mi cabeza. Vamos caminando hacia el cajón de salida, improvisamos un punto de encuentro para la llegada con Saioa (demasiado improvisado), repasamos donde se va a poner para animarnos, nos hacemos una foto y cada uno emprende su camino.


Juanma ha desaparecido entre la mulitud, Saioa al punto de encuentro, Chris y Kiko a su cajón y yo al mio. Estoy solo, rodeado de miles de personas, pero solo, mientras el GPS busca satélites yo busco fuerzas en mi cuerpo para hacer recuento, parece que tengo lo suficiente para plantar batalla, pero ya veremos como acaba.
Por fin acaba la cuenta atrás y empieza la Maratón de Sevilla, 11.500 corredores tomamos la salida, cada uno con su historia, a pesar de ser tantos se puede correr bastante bien, es una avenida muy ancha en la que hay huecos para ir adelantando. De lejos veo a la liebre de 3h15', bueno en realidad veo también a la de 3h30', han salido por delante de su cajón, cosa que no entiendo, el que quisiese correr con liebre lo va a tener difícil, yo hoy no quiero liebre, hoy no. Otras veces he preferido la comodidad del grupo que tira de ti, pero hoy quiero la soledad del corredor de fondo, quiero que mis aciertos sean solo míos y mis errores también, no quiero decir "es que la liebre iba muy rápido o muy lenta y me jodió la carrera". Hoy soy yo contra la maratón y nada más. En los primeros kilómetros de una maratón siempre hago lo mismo, fue algo que salió improvisado en mi primera media, pero que siempre me funciona muy bien. Me digo a mi mismo que en otras cosas a lo mejor no, pero corriendo soy bueno (a mi nivel), que esto es algo que sé hacer muy bien y me cargo de confianza, diciéndome que si que puedo con ese ritmo y que tiraré hasta el final. Pongo ritmo de crucero 4':30" lo que debería llevarme a 3h10'.

Es el objetivo más ambicioso que puedo ponerme ahora mismo, pero no quiero conformarme desde tan pronto con 3h15', si veo que la cosa no funciona bajaré el ritmo antes de que sea demasiado tarde. Aunque lo ideal es correr una maratón de menos a más, con la segunda media más rápida que la primera, yo creo que soy incapaz de hacerlo, corra al ritmo que corra la primera mitad, es algo que espero que cambie, pero hoy por hoy si quiero acabar en el tiempo que sea, mi estrategia debe ser ganar unos minutos al principio que perderé al final, más que guardar fuerzas y recuperar al final. Así pues, aunque voy a 4':30" sé que estoy corriendo más para 3h15' que para 3h10'. Van pasando los primeros kilómetros y se asientan los nervios, la zancada se adapta al ritmo y la respiración y el pulso son cómodos, si en algún momento paso de 160ppm bajaré un poco la velocidad.


Llego al primer avituallamiento y en los carteles veo que es solido y liquido y quiero comer algo cuanto antes, pero solo había agua, así que me tengo que conformar con eso, es importante empezar a beber desde el principio. Paso por la torre del oro y por la maestranza y ya empiezo a mirar todas las caras del publico, busco la cara de Saioa, debe de estar por el km7.5 según hemos hablado antes de la salida, al ver tanta gente animando y que pasan los kilómetros sin verla, me temo que no vamos a vernos, yo voy pegado al lado izquierdo, pero no sé en que lado estará ella. De repente, cuando ya me había convencido de que no la iba a ver, aparece entre en el publico, me da ánimos y fuerzas en un choque de manos muy rápido, ni me da tiempo a decirle nada.


 Paso el km10 y todo va según lo planeado 45':09", el cuerpo responde y el tiempo también. Las dudas se están despejando, sé que hoy es el día de darlo todo, ahora mismo voy a ritmo de mejorar 10 minutos mi marca así que muy mal se me tiene que dar para no arañar aunque sea unos segundos. Un niño con su madre sostiene un plátano y lo cojo al pasar, el niño se alegra muchísimo y se ríe, pero más me alegro yo, por fin algo para quitarme el hambre, aunque ese plátano alimenta más mi confianza que a mi estomago. Ya vuelvo a ir mirando todas las caras del publico, es posible que Saioa esté por aquí si le ha dado tiempo a llegar, pero no creo que haya podido, por si acaso voy buscando una cara conocida entre la gente y sonriendo, algunos me devuelven la sonrisa o incluso me dedican unas palabras de animo personalizadas leyendo mi nombre en el dorsal.


Llego a la media maratón y todo sigue dentro de la planeado, 1h:35':22" y con buenas sensaciones, que es mas importante. No me parece que ya haya corrido 21km, me parece que acabo de empezar, pero no me confío, porque en una maratón el cansancio entra de golpe, es como chocarse contra un muro o recibir la visita del tío del mazo, la analogía que cada uno prefiera, pero es así. Cuando miro el reloj y veo que voy un poco lento tengo frescura en las piernas para acelerar rápidamente y recuperar el ritmo antes de perder más segundos valiosos. Sigo avanzando inmerso en mis pensamientos, tanto que apenas estoy viendo Sevilla mientras corro por sus calles, es una pena, pero es mi forma de correr, por eso nunca me canso de hacer el mismo recorrido en los entrenos, porque solo mi cuerpo está allí, pero mi cabeza puede estar en cualquier otro sitio, real o imaginario, puede estar en una playa soleada aunque sea de noche y este lloviendo, puede estar luchando contra los 180km de bici de un Ironman -que algún día haré-, puede estar liderando una carrera que nunca ganaré...voy tan distraído, tan en mi mundo, que casi no me doy cuenta de que ya he pasado el km30 y que ha empezado a correr justo detrás de mi alguien a quien no quiero ni ver, el tio del mazo ha llegado como ese que cae mal a todo el mundo pero está en todas las fiestas, como el novio de la chica guapa del bar, como un radar escondido detrás de unos matorrales, esa gente que sabe que molesta con su presencia pero disfrutan con ello.


Entre el kilometro 30 y el 35 me ha ido recortando metro a metro y estoy a su alcance, ¡ZAS! lanza un mazazo, he intentado esquivarlo pero me ha dado, aunque ha sido un golpe superficial y ya se va en busca de presas más fáciles. km36 el más lento de la carrera, igual que Zaragoza, me noto vacío, me arrastraré como pueda hasta la meta, ya me funcionó en zaragoza...Veo que por primera vez en toda la carrera el Garmin marca más de 5 minutos el kilómetro (5:'03") pequeño bofetón de realidad, necesito una estrategia y algo que me de fuerzas para seguir tirando. Las fuerzas me las dan las dos personas que llevo a corderetas desde que he salido, porque hoy corro por los que no pueden, por Sergio y por Saioa, ellos están deseando correr y no pueden así que yo que puedo, no puedo rendirme, tengo que seguir, por ellos y por mi.



 Objetivo no pasar de 5min/km y mejoraré marca. Desde luego ya me despido del 3h10' como ya me podía imaginar desde el principio, voy a ver si me salen las cuentas para hacer 3h15'. km37, quedan 5km y llevo 2h49' corriendo, si voy a 5 pelao las cuentas salen muy justas si le tengo que sumar los 195m finales, tengo que apretar los dientes y tirar a muerte. Voy mirando obsesivamente el reloj, voy cumpliendo, pero la cosa va a estar muy apretada, aunque ahora voy más despacio que al principio, ahora estoy haciendo un esfuerzo mucho mayor, ademas de que ya me duelen las plantas de los pies y mi zancada ya no es lo que era, me está subiendo el pulso, aunque voy al limite me veo confiado con poder hacer un cambio de ritmo en el 40 o en el 41 para no pasarme de listo, cada parcial que miro cumpliendo el objetivo me da más fuerza, voy adelantando gente, cada vez hay más publico.


 Llega el km40 3:03:38 si le sumo 10 minutos  me queda uno para los 195m finales, necesito más margen, aprieto con todo lo que tengo, cada vez me esfuerzo más pero no consigo acelerar, por lo menos tampoco me voy frenando, me mantengo estable, km41 ya veo el estadio a lo lejos, no me quiero guardar ni un gramo de fuerza, quiero la sensación de haber peleado hasta el final. Ya estoy enfilando el estadio, entro por la rampa, me dejo llevar en la cuesta abajo y ahora si que aunque tarde, por fin hago un cambio de ritmo, ya no queda ni una vuelta a la pista de atletismo, paso el km42 me salgo a las calles exteriores para adelantar a gente al sprint, encaro la recta de meta con todo lo que tengo dentro y al final paro el crono en 3:15:17, no es sub 3:15 y mi primera reacción incluso es de enfado.


 Pero ¿qué son 17  segundos en 42km? he ido menos de medio segundo más lento por kilómetro de lo que debería, es para estar contento, muy contento, he mejorado mi marca 5 minutos y he peleado con el maratón de tú a tú y esta vez he salido ganador. Mi estrategia de salir a meter un gol en la primera parte y luego cerrarse atrás a defender ha funcionado. Me caen lagrimas de emoción, de presión de meses liberada por fin, de satisfacción, de orgullo...lagrimas muy diferentes a las que derramé en Madrid, que me recuerdan porque amo este deporte.


miércoles, 23 de julio de 2014

Confianza perdida

          Llevo dos meses sin escribir nada, y no es porque no haya habido alguna carrera de la que hacer crónica, que las ha habido, es más bien falta de ganas. La lesión en la rodilla me quito durante unos meses lo que más me gustaba y aún no ha terminado de devolvérmelo. Últimamente ya no disfruto entrenando como lo solía hacer por dos motivos, uno obviamente mis ritmos son más lentos de lo que estoy acostumbrado y el otro que no se me quita de la cabeza la lesión. Después de casi 4 años corriendo sin ninguna lesión, ahora esta me ha quitado toda la confianza que tenia en mi mismo, no dejo de preguntarme si no serán demasiados kilómetros, si he descansado suficiente, si hay mucho asfalto en el recorrido, esa molestia que he notado ¿qué será?... Cosas por las que nunca me había preocupado y que absorben mis pensamientos más de lo que me gustaría. Lo peor de todo es que las molestias no son imaginarias, la rodilla izquierda no se queja, pero llevo unos días que parece que la cadera y rodilla derecha si, otro jarro de agua fría.

          En menos de un mes tengo un medio Ironman, no estoy nada contento con como llego de preparación y ahora que pretendía intensificar entrenos para dar el ultimo empujón parece que tampoco va a poder ser. Nadando y en bici estoy en el montón (siendo optimistas) y para el sector de carrera a pie que debería ser mi fuerte no llego ni de lejos en las mejores condiciones, no hace falta ser muy listo para ver que no me va a ir muy bien. Por ahora entrenaré más bici y natación donde no tengo molestias y esperaré a ver como evoluciona la cosa.

           También tenia a la vista la maratón de Zaragoza a finales de septiembre, aún no estoy inscrito, pero la intención era correrla y voy a tener que despedirme, llevo muchísimo tiempo sin enganchar 2 semanas buenas de entrenamiento seguidas y prefiero no correr que no llegar preparado.

          Espero que la cosa mejore y que me esté pasando de pesimista y mi próxima entrada pueda ser una crónica sobre el medio Ironman diciendo que he terminado contento.

          Un saludo

jueves, 1 de mayo de 2014

Rock 'n' roll Madrid Maratón 2014

          Después de unos meses de muchas dudas, de mucho reposo, mucho fisio y poco entreno, parece que la rodilla respeta y después de todo estaré en Madrid, cuando me preguntan que tal estoy, respondo como una grabación: "espero que no me duela la rodilla, intentare hacer  3:30" intentare hacer 3:30, intentaré hacer 3:30.... no sé cuantas veces lo dije las semanas anteriores pero lo decía como un autómata, porque conseguí convencer a todo el mundo menos a mi mismo, en mi fuero interno sabia que el día de la carrera iría a por más, por más que me lo repitiera a mi mismo, alguna neurona se resistía a obedecer y mantenía la idea de que aun desentrenado, debería de dar más.


          Realmente lo que más miedo me da es el no haber hecho el entrenamiento mental más que el entrenamiento físico, llevo varios meses sin decirle a mis piernas que hasta que no se cruza la meta no se para, se pongan como se pongan, necesito esa conversación interna en las tiradas largas prometiéndome y mintiéndome una y otra vez diciendo que solo un kilómetro más, solo un minuto más, solo una zancada más. La cabeza tiene un mecanismo de autoprotección que nos hace olvidar los malos momentos o por lo menos los suaviza, si echo la vista atrás me digo a mi mismo que podía haber apretado más en los kilómetros finales de la maratón de Zaragoza, que tampoco estaba sufriendo tanto y esto me hace creer que no sufriré. También el ego tuvo mucho que decir aquí, "¿cómo yo que he hecho una maratón en 3:20 voy a hacerla ahora tan lento?" ¿lento? ¿3:30 lento? haber acabado bastante entero y prácticamente en el tiempo objetivo en mi primera maratón me hizo confiarme y eso fue la preinscripción al club de "yo me la pegué en la segunda", el resto de la solicitud de ingreso la rellené en los momentos previos y al principio de la carrera.

          A pesar de no estar muy metido en la carrera el ritual de antes de dormir y el de desayunar si que los cumplo, aunque esté en Madrid, estoy en casa de mis tíos y al fin y al cabo es como estar en casa. Por la noche dejo todo preparado para no hacer mucho ruido por la mañana y sin ninguna prisa por dormir me tumbo en la cama con las piernas en alto, echo un vistazo al twitter y recibo los últimos consejos y mensajes de animo de una buena maratoniana, Isa (la morena de @BecomeFinisher ¿a qué esperáis para seguirlas?) y a dormir. A las 6 suena el despertador, mientras espero a Sergio(@Pitufollow) en la cocina parece que empiezo a ser algo más consciente de que en unas horas me enfrentaré a mi segunda maratón. El desayuno de siempre, los experimentos con gaseosa, ducha fría y el ritual de vestirse.


           A las 7 estamos cogiendo ya el tren para llegar pronto y evitar aglomeraciones e intentar vernos con algún tuitero al que no conocemos en persona antes de la salida. Al final se no hace un poco más tarde de lo planeado en el guardarropa y no llegamos a la quedada pero por suerte pude conocer a Ángel(@contadordekm), Esteban(@elraso76) y Alberto(@AlbBarrantes).



          Error nº1 del día, apretarme las zapatillas de forma diferente a como lo suelo hacer y demasiado fuerte, luego lo pagaré. Error nº2 torcerme el tobillo bajando unos escalones en el retiro y darme un buen susto gusto antes de la salida, a ver si ahora que parece que la rodilla da tregua me voy a cargar el tobillo. Después de deshacernos del exceso de liquido que hemos bebido en las horas previas, véase la meadita del miedo, Sergio y yo nos dirigimos al primer cajón casi sin calentar. Hace frío y yo llevo una camiseta encima que me quitare cuando entre en calor.


          Pistoletazo de salida, nunca he estado en una carrera tan multitudinaria pero la salida no es muy caótica y no nos arrastra la marea de gente, podemos llevar nuestro ritmo, la idea inicial es ir entre los globos de 3:15 y 3:30, el primer km sale un poco lento pero en seguida encontramos nuestro ritmo. en el km3 me quito la camiseta de calentamiento y se la tiro a unas fans que gritan como locas cuando me ven pasar(mentira), al principio se quedaron flipando.


          En el km5 me veo muy cómodo y veo que la rodilla no se queja y me intento acercar un poco al globo de 3:15 que nos ha ido cogiendo algunos metros.No me cuesta demasiado tiempo ni esfuerzo recuperar la distancia que me separaba y una vez en el grupo me noto frenado y quiero ir a más. Este ritmo es para el que entrene en mi debut y ya era un ritmo exigente para mi, sé que no debería ir tan rápido pero por algún motivo que sigo sin entender, sabia el error que estaba cometiendo pero no le ponía remedio, tanto es así, que entre el km10 y el 15 hago media de 4:16 (ritmo de 3h:00') la gente anima muchísimo en esta parte del recorrido y las piernas me van solas, con una sonrisa en la cara y mi cabeza va por libre, sigo sin poner remedio a este desgaste de fuerzas innecesario.


         Llega la media maratón y la paso en 1h:35' y aún voy bien de fuerzas pero me empiezan a doler los pies por haberme apretado demasiado las zapatillas y la rodilla parece que quiere molestar. En el km 25 Sergio se empareja conmigo y después de compartir impresiones durante unos metros sigue para delante, quiero seguirle y no puedo.


           Bravo Javier, km25 y ya te flaquean las piernas, eres un estratega consumado, el muro 10km antes que la otra vez. Bajo un poco el ritmo y durante un par de kilómetros eso me hace sentir mejor, pero por el km 30 los pies me están matando, ya empiezo a luchar mentalmente para no pararme porque cada pisada en el suelo es una tortura, me digo que el ritmo ya da igual, ahora el desafío es no pararme a andar, ya hemos entrado en la casa de campo y hay quien aprovecha para esconderse entre los arbustos para plantar un pino. Llega el km 32 cruzando el río y mis piernas se paran, camino unos metros y los ánimos del publico me hacen correr otra vez. Ahora ya no tengo ningún objetivo que me motive a seguir el carrera, el crono corre mas deprisa que yo y ya he parado a andar, decido que ya que me he parado, más útil seria parar para aflojarme las zapatillas un poco a ver si me alivia el dolor. En ese momento pasa un compañero andando lesionado y nos animamos mutuamente a correr otra vez pero su rodilla aun está peor que la mía y no consigue correr mas de medio kilómetro y me paro con él, ya que el me ha animado a arrancar ahora no quiero dejarle (mandamientos 7 y 9 del tractorismo) después de 2km de mucho andar y poco correr me dice que me vaya porque yo si que puedo correr más, de fuerzas va sobrado y piensa llegar andando sin forzar hasta el final así que me despido y me voy.


          En unos 2-3km deben de estar mis tios y mis primos para animarme así que nada de parar hasta donde estén ellos. Estos kilómetro me echo a mi mismo una bronca monumental, me estoy sometiendo a mi mismo al peor castigo físico que he sufrido hasta ahora por esa puta "estrategia" suicida, estoy sufriendo innecesariamente, ya me ha pasado el globo de 3:30, ese que me parecía tan "lento" antes de la salida, que boca más grande. Me digo a mi mismo que cuando me den la medalla no la tendré a la vista, ira al fondo de un cajón porque este maratón no cuenta, a un maratón se viene a correr no a andar. El dolor de rodilla se va acentuando a cada kilómetro que unido al de los pies está convirtiendo la carrera en un calvario y por si fuera poco estos kilómetros son todos en subida, llevo cara de sufrimiento, me caen lagrimas de dolor, de impotencia, de rabia, de frustración pero sigo avanzando, llega un momento en el que me hago a la idea de que ya no voy a ver a mis tíos, como estoy tardando mas de la cuenta habrán ido ya a meta creyendo que ya he pasado, sin esa motivación y con una cuesta arriba enorme ante mis ojos vuelvo a parar a caminar unos metros, pero ya estamos en el km40 así que mi objetivo es correr solo esos 2km y 195m, consigo llegar a meta sin parar y al final con un tiempo de 3:48:33, la tortura se ha acabado. Aunque haya terminado, Madrid me ha ganado, me ha bajado los humos y me ha demostrado la insignificante que soy ante la grandeza del maratón.


          Con el paso de las horas y los días me he perdonado a mi mismo, si es verdad que el planteamiento de carrera fue una locura, pero lo que más la puso cuesta arriba fue la rodilla, un mes antes no pensaba que fuera a poder correr, no estaba en las mejores circunstancias para un maratón y seguramente sin dolores podría haber corrido toda la carrera. De todas formas me queda un sentimiento de revancha, no el año que viene, pero volveré a Madrid y reiré en los kilómetros que me hicieron llorar.









domingo, 30 de marzo de 2014

Cintilla iliotibial, yo te maldigo

          Hace mucho que no escribía una entrada y es porque llevo sin pincharme un dorsal desde la san silvestre y poco estoy corriendo últimamente, os voy a resumir lo que me pasa, echemos la vista atrás. 

          Los exámenes de febrero me hacen empezar el plan especifico para Madrid un poco tarde y estoy que me subo por las paredes con ganas de salir a entrenar fuerte. Por fin termino y lo celebro con una tirada de 23km rodeando Zaragoza con la que acabo muy contento.


          Al día siguiente salgo otra vez a correr y desde el kilómetro 1 una molestia en la rodilla, no le doy demasiada importancia y completo 13km en los que la molestia se convierte en dolor y no desaparece en ningún momento. Al día siguiente incluso cojeaba un poco, aprovecho que tengo un viaje a ver a un amigo para darle 10 días de descanso a la rodilla. Al volver parece que el dolor ha desaparecido y quitando alguna molestia, me permite hacer una buena semana de entrenos incluyendo una dura sesión de series, pero es un espejismo, la semana siguiente vuelve el dolor. Hago un par de entrenos cortos y lentos pero a las 10 minutos empieza el dolor y acabo sufriendo, pero no es hasta el domingo cuando me digo a mi mismo que esto no puede seguir así.
          Me toca entrenar una media maratón a tope, no sé para que ritmo estoy y no sé si la rodilla me respetará. La idea es empezar a 4:15 el kilómetro y en el 10 tomarme un gel y si me veo con fuerzas apretar un poquito más. Parece que el dolor no aparece, soy optimista, a lo mejor correr rápido le viene bien a la rodilla (me suele resultar más fácil hacer una buena zancada cuanto más rápido voy) pero en el km9 el dolor me dice que está ahí y que piensa quedarse hasta el final. Intento no hacerle caso y mantengo el ritmo que pensaba hasta el 10 y me tomo el gel y cambio de ritmo si que hubo, pero no el esperado, de repente sin darme cuanta estoy parado, no es que haya pensado parar por el dolor, las piernas se me han parado solas y han dicho basta. Aprovecho para beber agua en una fuente y recupero fuerzas mentales, aunque ahora vaya rápido el entreno estará falseado por este descanso pero voy a intentar seguir. No tardo ni 2km en verme parado otra vez en mitad de la nada. Me entran ganas de llorar de la frustración,¿por qué yo? ¿por qué ahora? veo que el sueño de Madrid se esfuma, muchas veces he corrido con dolores, pero con este no, con este no puedo, es insufrible. Estoy casi 10 minutos solo, hablando conmigo mismo y con mi cuerpo, no tiene sentido salir a entrenar a ver quien gana esta vez, si el dolor o yo. Va a tocar retirarse de Madrid, ni si quiera acabo el entreno, atajo y acabo haciendo 17km y teniendo que parar una tercera vez. No quiero hablar con nadie, me voy a dormir con la moral por los suelos.



          Pasan unos días y con la cabeza mas fría decido comprarme otras zapatillas, quiero echarle la culpa a que estas ya estaban muy gastadas, una semana de reposo, las estreno 5k y dolor, otra semana en blanco, 6k y dolor.
          Soy muy cabezón y no he ido al medico en mi vida, pero decido ir al traumatólogo básicamente para que me de un justificante de lesión y recuperar una parte de la inscripción y abandonar definitivamente. Descartamos cualquier tema oseo con una radiografía y me deriva al fisio con el diagnostico inicial de inflamación de la cintilla iliotibial pero con la impresión de que podré correr en Madrid.


          El fisio confirma el diagnostico y también es optimista de cara a poder correr así que la sonrisa vuelve a mi cara, me da igual llegar bajo de forma, solo quiero correr sin dolor. En el mes de carga que debería haber hecho unos 300km he hecho 60 así que me olvido de mejorar mi marca. Queda un mes por delante de recuperación en el que no me importa tampoco entrenar si llego sin dolores. Según como me encuentre de fuerzas a lo mejor me ofrezco vía twitter como liebre 3h:30 en adelante a alguien que debute o no quiera correr solo.

          Ya solo me queda dar las gracias a todos los que me han dedicado unas palabras de ánimo, ya sea en persona o vía twitter, y en especial a @105sfm @contadordekm y @BecomeFinisher que me han dedicado sus kilómetros desde Francia, Madrid y Cádiz igual que en aikido dedicamos la clase a alguien que lo necesita. Muchísimas gracias de corazón.


lunes, 6 de enero de 2014

San silvestre y repaso del 2013

          Hace un día y medio que me encuentro regular y solo hace 10 días que marqué un muy buen tiempo en la 5k de cadrete así que hoy creo que va a ser una carrera en la que no me voy a llevar ninguna alegría, casi ni tengo ganas de ir. De hecho casi llego tarde, apenas pude darme una carrerita desde el parking hasta la linea de salida y poco mas.
          En seguida veo a mi amigo Edgar y me coloco con él. La salida es un caos mucho empujón y algún tropezón pero en seguida me coloco donde me gusta correr, por fuera de la primera curva cojo mi sitio y voy corriendo la primera mitad de la carrera con Edgar.


          Llegando al puente de piedra le cojo unos metros y aunque sé que lo llevo detrás dejo de verlo y empieza mi carrera en solitario. Hemos salido rápidos y no he bajado casi el ritmo así que puede que después de todo me salga buena marca aunque casi no voy mirando el reloj. Penúltimo cambio de ritmo en San Vicente de Paul que pica para arriba adelantando mucha gente y al girar en el coso lo doy todo. Tiempazo 18:03 (posicion 59 de 2838) he bajado mas de 20 segundos en 10 días y la marca de Cadrete no creía que estuviera bien medida, pero esta si, es un tiempo real, solo ha quedado la espinita de bajar de 18, pero así tengo un objetivo para la siguiente 5k.


          Esta carrera refleja a la perfección lo que ha sido el 2013, casi me cuesta creerlo, pero he mejorado marca en todas las carreras que he corrido y me he marcado otras que tendré que batir en 2014. Este ha sido el año en el que me he empezado a tomar el running en serio, solo había corrido tres 5k y un par de duatlones cross. Este año he corrido una duatlon, tres 5k, dos 10k, una 12k, una media maratón y una maratón. Espero que en 2014 disfrute lo mismo o más de lo que he disfrutado corriendo este año. Mis metas este año además de bajar las marcas todo lo posible es empezar en el mundo de la bici de carretera y posiblemente en el triatlón.

          Os deseo un 2014 lleno de éxitos. Nos vemos en el asfalto.

P.D. resumen de la carrera AQUI






viernes, 13 de diciembre de 2013

Maratón de Madrid

          Lo he vuelto a hacer, he vuelto a inscribirme a otra maratón, esta vez la de Madrid y es que lo necesitaba. Necesito volver a sentir el dolor de piernas en una tirada larga, la sed en busca de una fuente, madrugar para correr, entrenos infinitos que se hacen cortísimos imaginándote en el gran día, días que sales a entrenar con pereza y vuelves con una sonrisa en la cara, días en los que te apetece salir y vuelves con cara de perro, ver pasar los kilómetros mientras te olvidas de que hay vida mas allá de las zapatillas y el asfalto, en definitiva todo lo que tiene que ver con una maratón.
          También soy consciente de que puede que esta vez no se magnifiquen tanto estas sensaciones como la primera vez, pero no me cabe duda de que como mínimo, esos 42km y 195m, a los que sigo respetando como cualquier debutante, van a hacer que saque lo mejor de mi. Volveré a enfrentarme al cronometro y al asfalto con la única ayuda de mis incansables zapatillas, y como me gusta esa batalla. Una batalla que nadie te obliga a luchar y que nada ganas o pierdes pase lo que pase, o eso cree la gente que no ve mas allá de lo material, pero si que puedes perder mucho, tu autoconfianza; y también puedes ganar mucho, puedes llegar a conocerte mejor a ti mismo en esas horas que en años, puedes descubrir que eras mucho mas duro, valiente y luchador de lo que creías. Es una batalla completamente justa y sin artificios, tú contra ti mismo, contra tu ego, contra tu debilidad, contra tus ganas de abandonar, contra tu sombra, contra la gota de sudor que corre por tu frente; tu cabeza contra tus piernas, contra tus pulmones y contra tu corazón. "masakatsu agatsu": la verdadera victoria es la victoria sobre uno mismo. Si has sido capaz de seguir corriendo cuando absolutamente todo estaba en tu contra, el cansancio, el calor, el aire, ese kilómetro que pica para arriba, la sed... ¿Qué va a detenerte en el resto de ámbitos de tu vida?, demuéstrate a ti mismo de lo que eres capaz, sal de tu zona de confort.

martes, 8 de octubre de 2013

balance post-maratón Zaragoza.


      Hace una semana que corrí la maratón y ya he tenido tiempo suficiente para pensar en lo que he conseguido. 

      Al día siguiente era incapaz de andar con naturalidad y subir o bajar escaleras se antojaba casi imposible, esto es muestra de que en la carrera lo di todo. He repetido la carrera en mi cabeza muchas veces y pienso que a lo mejor podría haber corrido algo más, pero a toro pasado todo es muy fácil, cuando estaba sudando la gota gorda y sufriendo como nunca antes, no pensaba lo mismo. Sea como sea estoy muy satisfecho con lo conseguido.

      Durante esta semana he pasado por rincones de la ciudad por los que corrí el domingo y el recuerdo está tan fresco, que puedo volver a recrear a la perfección la situación de carrera en ese punto, que kilómetro era, cuanta gente animaba, cuanto faltaba para el siguiente avituallamiento y como iba de fuerzas. Esta mañana he pasado con el coche por el kilómetro 40, corriendo se me hacia eterno, parecía que el asfalto se me pegaba a las zapatillas, ha sido inevitable que la piel se me pusiese de gallina y se me erizasen todos los pelos del brazo.

      Por la noche por fin he salido a correr, desde la carrera, entre las fiestas y las agujetas de los primeros días, aun no había salido. He corrido por el parque Grande, donde se dio la salida y por los alrededores por donde transcurrían los primeros kilómetros. Después de lo de esta mañana tenia ganas de volver a encontrarme con el asfalto que me hizo sufrir y hacer las paces con él, pero cara a cara, pisada a pisada. Miles de personas al día pisarán ese mismo suelo y no les producirá ninguna sensación, pero a mi, cada vez que pise ese asfalto, me hablara a través de mis pies y me dirá "ese día fuiste más fuerte que yo".

miércoles, 2 de octubre de 2013

Maratón Zaragoza 2013. crónica, fotos y clasificación.

Crónica de mis pensamientos y sensaciones.


Hoy es el día antes de mi primer maratón, ya he ido a recoger mi dorsal tengo todo preparado y ya llevo unos cuantos días sin pensar en otra cosa. Mis padres están de viaje, toda la casa para mi, lo agradezco, me permite concentrarme en mis pensamientos. Me encuentro extrañamente tranquilo, esperaba nervios, pero estos solo aparecen cuando alguien me llama o me escribe para desearme suerte mañana.



Decido salir a trotar y a hacer unos progresivos a última hora de la tarde, está lloviendo, dudo en salir, pero pienso para mis adentros: ¿mañana voy a correr 42km y hoy no puedo mojarme un poco?? ¡vamos allá!. No me pongo las zapatillas que usaré mañana y con las que he entrenado últimamente para no mojarlas y llenarlas de barro. Me pongo las viejas, nada más empezar a trotar noto una ligerísima molestia en el talón, no puedo hacerme una rozadura por esta tontería de “entrenamiento” que arruine mañana mi carrera. Enfrío la mente y pienso la de kilómetros que he hecho con esas zapatillas sin ningún problema, realmente me van como un guante, solo son los nervios. Llego a casa y me doy un baño con hielo para recuperar las piernas lo máximo posible, ceno un plato de pasta y subo a mi cuarto a ultimar detalles.



Coloco el dorsal y los geles que voy a tomar en el cinturón, preparo el pantalón, la camiseta, los calcetines y los compresivos, no quiero sorpresas mañana. Pongo a cargar el reloj GPS, por un momento me invade un profundo sentimiento de envidia, con solo estar enchufado a la red un par de horas tendrá todo lo que necesita para el duro día de mañana. Rápidamente mi envidia se transforma en lástima por él, lo importante no es solo mañana, es todo lo que hay detrás. Acabo de tachar mi ultimo entreno del plan que llevo siguiendo 3 meses, 3 meses duros en los que he tenido que entrenar con mucho calor ya que hoy es 28 de septiembre y el verano de Zaragoza es asfixiante, he tenido que renunciar a cosas por entrenar.


Ayer mismo había una fiesta en la que sabía que estaría la mujer que me vuelve loco y donde seguro que me lo habría pasado muy bien. Pero una maratón requiere sacrificio y por una vez en mi vida he encontrado algo en lo que disfruto sacrificándome. ¿qué importa una fiesta, o 2, o una cerveza con un amigo?¿Acaso eso no puede esperar? Lo que ahora me llena y me gusta hacer es correr, lo siento si suena egoísta, pero correr esta por encima de todo ahora mismo. La gente que dice que correr es aburrido o que correr una maratón no es sano nunca lo entenderá, tampoco quiero que lo entiendan, yo solo quiero correr.
Me voy a la cama son las 12 pasadas, pongo las piernas en alto 10 minutos antes de dormir mientras aprovecho para leer el twitter como posponiendo el irme a dormir. Sé que en el momento que me duerma, en un parpadeo, ya será mañana y aunque un 99% de mi esta deseando que llegue el momento hay un 1% que se niega a aceptarlo, puede que sea el porcentaje de cordura, el de prudencia o el de cobardía, no lo sé, pero el caso es que pierde por mayoría aplastante, a dormir. Pongo 3 alarmas por miedo a dormirme mañana, la primera sonara a las 5:30, espero poder dormir, en mi debut en media maratón dormí bastante mal.
Me despierto sobresaltado ¡¿Qué hora es?! ¡¿Me he quedado dormido?! veo que sigue siendo de noche y respiro tranquilo, pero me imagino que será medianoche y que ya no voy a pegar ojo, sin embargo, beep beep beep, las 5:30. Salto de la cama para desayunar cuanto antes, si he madrugado tanto es para hacer bien la digestión antes de la salida. Desayuno 4 tostadas con mantequilla y azúcar, un vaso de leche y uno de zumo. Mientras desayuno en la tele hay un grupo tocando que seguramente sea lo peor que he oído en mi vida (nuevas amistades-protección solar), pero no lo quito, realmente la de pensamientos que pasan por mi cabeza en este momento tampoco me permiten escuchar con claridad. Me escribo con mi amigo Sergio para asegurarnos de que los 2 estamos despiertos y listos para lo que nos espera, él ya es finisher en la maratón de Barcelona y me ha ido dando consejos y hemos compartido entrenos durante estos últimos meses. Una ducha para despejarme y me pongo camino al parque grande.
El tranvía me ha hecho llegar más tarde de lo que quería, son las 8:05, me encuentro con Sergio en la fuente de la entrada. Me tomo un plátano, dejo la mochila en el guardarropa, nos hacemos una foto,un poco de vaselina y apenas nos queda tiempo para calentar.


Corremos como mucho un kilómetro y echamos la meada del miedo antes de salir. Espero que la vaselina funcione, en los entrenos a partir del kilómetro 20-25 siempre me salen rozaduras, en las ingles sobre todo y es la primera vez que la voy a usar.
Nos colocamos bastante adelantados en el cajón de salida bien cerquita de nuestra liebre Luisa Larraga que esperemos que nos lleve hasta la meta en 3h15minutos.
Pistoletazo de salida, sonrisa de oreja a oreja, nervios, salida muy rápida, espero que los ritmos se asienten cuanto antes, somos un grupo muy numeroso, unos 50 intentaremos bajar de esa marca.
KM2 una bici nos dice que vamos 30 segundos más rápido de lo que deberíamos, a mi el GPS no me esta midiendo bien porque en al salida con tanta gente le costó encontrar satélites, así que voy a ciegas. Mi idea de todas formas es no mirar el ritmo ni los kilómetros en exceso para no obsesionarme, yo solo quiero seguir el grupo y mirar las pulsaciones de vez en cuando.
KM3 tengo delante de mí a un hombre mayor con cascos, se los quita, dice en voz alta:”¿queda mucho para meta?” solo él se ríe, se vuelve a poner los cascos y sigue a lo suyo, no puedo evitar reírme para mis adentros.



KM5 primer avituallamiento me pilla desprevenido y estoy en medio del grupo sin posibilidad de acercarme a los lados. Mi amigo Sergio se ha dado cuenta y ha cogido 2 botellas y me da una. No tengo sed, pero ya noto que empiezo a sudar así que bebo y me mojo la cabeza, sin acabar la botella del todo la tiro lejos del recorrido.
KM7 volvemos a entrar en el parque, la gente que estaba en la salida sigue allí y nos anima, se oye música, el grupo se acelera, yo el primero, me emparejo con la liebre e incluso en una curva en la que que me quedo un poco cerrado en el interior tengo que pasar a la cabeza del grupo. Rápidamente me tranquilizo y me dejo caer a mitad del grupo para que tiren los que lo tienen que hacer, porque si me dejasen tirar según las emociones de ese momento íbamos a volar. Aunque mi reloj cuenta los km con cierto desfase voy viendo parciales demasiado rápidos aunque las pulsaciones se mantienen entre 160 y 165 pulsaciones. Noto unas molestias en la rodilla que 2 semanas atrás me trajo de cráneo y acojonado, pero el dolor se paso corriendo, así que hoy debería de ser igual. Simplemente no pensaré en ella y seguro que desaparece el dolor.
KM10 segundo avituallamiento, esta vez me guardo la botella durante casi un kilómetro entero para asegurarme de que no tengo sed antes de tirarla. Antes de tirarla ofrezco a ver si alguien del grupo quiere. No me falta el aire para nada, he intercambiado unas cuantas palabras con Sergio y las sensaciones son de que a ese ritmo podría ir hablando sin problema. En un bucle por el canal nos cruzamos con la cabeza de carrera, que manera de correr.
KM15 tercer avituallamiento en este además de agua hay powerade, cojo un vaso y una botella. esta parte es todo bajada y se agradece (Paseo Cuellar y Sagasta). Sergio me dice que quiere tomarse ya el primer gel, yo tengo ganas pero quiero seguir el plan, uno cada 5km a partir del 20.
KM17 mi hermana Elena y mi cuñado Isidro están esperándome, me hacen unas cuantas fotos me dan ánimos y yo les digo que voy muy cómodo, voy sonriendo y con fuerzas renovadas un par de kilómetros.



KM20 me tomo mi primer gel un poco antes de llegar al avituallamiento, dan plátanos y me tomo medio además del agua que no puede faltar. aunque el día esta nublado hace calor y hay mucha humedad. Entre el km 19 y 20 es la primera vez que noto algo de cansancio y ganas de llegar a la recompensa del avituallamiento.
KM21 pasamos la media maratón, miro mi reloj, 1h:34minutos me sale del alma un “pero si vamos follados”. eso es mejor tiempo que mi marca de medio maratón de hace unos meses (1h:35) desde una bici nos gritan algo que ya sabía: “vais 4 minutos por encima”. Por mi cabeza no pasa el ponerme a hacer cálculos pero de seguir así sería una marca increíble. Ha pasado la media maratón ya y parece que acabe de salir, es lo bueno de seguir el grupo, tengo la cabeza ocupada en mil cosas. Voy intentando memorizar sensaciones y situaciones para luego escribirlas. Voy increíblemente bien pero he perdido a Sergio, no se cuando exactamente entre el 19 y el 21. Me vuelvo a mirar hacia atrás y no lo veo. Espero que este bien.
KM24 primera vez que me entran ganas de llorar de la emoción, un grupo esta animando en la esquina de Echegaray con don Jaime gritando “tú si que puedes, tú si que puedes”. Un nudo en la garganta me paraliza la respiración unos segundos. Estamos entrando en la zona más céntrica del recorrido y hay más gente por las calles. un poco antes he vuelto a ver a Elena y a Isidro, van apareciendo por sorpresa en los laterales. Eso me mantiene alerta, voy escrutando todas las caras en busca de algún rostro familiar para que me diga algo, o una persona que me dedique una sonrisa. Yo aun no me he borrado la mía desde la salida, voy sonriendo mirando a la gente al pasar, ya habrá tiempo de sufrir, por ahora solo disfrutar.



KM25 quinto avituallamiento, aquí se me acumulan las cosas para hacer sin bajar el ritmo, acabo de tomarme el gel, ofrecen vaselina y por supuesto cojo un poco y me doy en la ingle para prevenir, porque por ahora ninguna molestia, agua, powerade y un plátano. me han cogido unos metros pero enseguida los recupero. En estas calles tan céntricas, estrechas y con tanta curva se esta estirando mucho el grupo y veo que voy cerrando el grupo, hay que ponerle remedio. En la plaza del pilar un compañero, Roberto, me ofrece agua, pero yo acababa de hacer lo propio con la mía así que no tengo sed, pero empezamos una breve conversación que durará hasta cruzar el puente de piedra, el también debuta hoy y esta semana el pie le ha tenido en jaque y no ha podido entrenar, yo le digo que la maratón no es cosa de una semana y que ya verá como todo va bien.


En el puente de hierro otra visita de Isidro y Elena, se están haciendo omnipresentes y me encanta porque me dan mucha fuerza. También pienso en toda la gente que me envió un mensaje de ánimo ayer, gente que de corazón quiere que hoy me vaya bien, la marca no importa pero le he dicho a mucha gente la marca que quiero hacer, espero no “defraudarlos” por ahora todo sobre ruedas.
KM30 no sé como ha pasado pero llevo 2km en persecución del grupo, ¿cuando se me han escapado? creo que ha sido después de la subida del puente del tercer cinturón, me he dormido un poco ahí. Los tengo a unos 30 metros, no más, pero quiero neutralizar la distancia cuanto antes y no lo consigo. Aprovecho el avituallamiento para recortarles ya que el grupo siempre pierde algo más de tiempo que una persona sola. Vuelvo a estar con ellos, respiro aliviado. Mal hecho, esto no iba a ser tan fácil, no han pasado ni 200 metros y vuelvo a estar como antes, la distancia ni aumenta ni disminuye, se mantiene así, casi 3km más, parece que hubiese un campo magnético que me impide acercarme. La distancia parece trazada por un delineante, los mismos 30 metros todo el rato, los pongo en el punto de mira, mis ojos solo les ven a ellos, pienso”¿que mas da el hueco si les mantengo el ritmo? ya se lo recuperaré en una bajada o al llegar a meta” demasiado optimista pensar que eso iba a durar así para siempre. llega un momento en el que el campo magnético aumenta de fuerza y empiezo a caer metros para atrás. En el km36, que voy a estar solo hasta el final ya es una realidad. Lo primero que pienso es adiós a la marca, no te obsesiones, empieza el maratón. Esto ha sido una salida neutralizada que ha durado 36km pero realmente es ahora cuando en mi cabeza ha sonado el pistoletazo, una carrera de 6 km. Me cruzo con Sergio, nos damos ánimos mutuamente, me alegra ver que sigue en carrera aunque este sufriendo.
Ahora si empiezo a mirar el reloj más a menudo, no quiero que sea una sangría de minutos excesiva. No me marco ningún ritmo objetivo, simplemente que cada vez que lo mire no haya frenado demasiado desde la vez anterior, esto me lleva a ritmos de 5 bajos al principio y conforme pasan los kilómetros a 5:20-5:25.
KM38 pienso ya solo quedan 4km, sonrío para mis adentros, ya casi lo tengo, lo transformo en tiempo y pienso “ a este ritmo serán unos 20-25 minutos”. Debo de ser gilipollas, eso suena mucho más desalentador. Después de lo que llevo en las piernas decir 4km suena a calderilla, pero ¿¿25 minutos más de esto?? Realmente estoy empezando a sufrir, hace un par de kilómetros ha vuelto el dolor de la rodilla, un patinador me ha puesto reflex y parece que lo mitiga, pero no lo mata, me duelen las plantas de los pies, ¿cuantos pasos habré dado ya?. También he perdido la cuenta de las veces que he dicho “joder” desde que perdí el grupo. Llega la pasarela del voluntariado poco antes del 39, lo bueno de ir solo, nadie por delante y nadie por detrás, en tierra de nadie, es que cuando se oye un mensaje de ánimo es todo mío, nada más cruzar hay un montón de gente con bocinas y animando muchísimo, segunda vez a punto de llorar. Llegado a este momento solo sonrío cuando me hablan, como para dar las gracias, debo de llevar la cara desencajada.


Pasa el 39, que largo se va a hacer. Para mi el kilómetro más largo de la carrera, quiero recompensar al cuerpo con el último gel en el 40 y no llega nunca, transcurre por ranillas y corre aire, aquí se echa de menos el cobijo de un grupo numeroso. en un bucle veo por detrás de mí a un hombre que me cruzo entrenando y siempre va rapidísimo, no me creo que le vaya a ganar, aunque si este kilómetro dura mucho dudo que pueda mantener la distancia. Primera vez que me entran ganas de llorar pero esta vez de dolor, por mi cabeza hace rato ya que pasa la idea de ponerme a andar pero no me la planteo en serio. Voy adelantando gente que si que lo hace y prefiero no mirarles porque me dan envidia, seguramente si me pusiera en su lugar ellos tendrían envidia de mi por verme correr todavía, todavía luchando, todavía con fuerzas.
KM40 ¡por fin llega el agua y el gel! el final del kilómetro 39 es bordeando la Expo en línea recta y muchísima gente me anima y sonrío ¿¡sonrio!? ¿como puede ser que que pueda sonreír? Veo aparcadas un poco más adelante las motos de Elena e Isidro, inconfundibles. Pienso que ojalá estuviesen ellos y no las motos, quiero parar, necesito esos ánimos, que corran conmigo estos 2 últimos kilómetros, pero aún así el simple hecho de ver las motos y de saber que me están esperando en la meta me da un poco de fuerza.
KM41 oigo pasos detrás de mi, me propongo que de aquí a meta ya no me pasa nadie más, no es que este perdiendo demasiadas posiciones, pero hay un goteo constante de corredores pasandome desde hace unos kilómetros(al final me ha adelantado el hombre del km39), me vuelvo, son 2 hombre acompañados por 2 amigos en bici. Los de las bicis no dejan de hablarles y de animarles y yo me aprovecho de esos mensajes de apoyo como si fueran para mi. Veo a mi amigo Miguel, le digo “no puedo más Miguel” pero es mentira, no me paro, así que si que puedo más. Llevo kilómetro y pico por la expo y sigo sin ver la meta, en una terraza la gente aplaude a mi paso y el de mis perseguidores, rodeamos el pabellón de Aragón y sigo sin ver el arco de meta ni siquiera el km42.



KM42 no puedo evitar decir en voz alta(casi gritar) “sólo 195 metros” mis piernas reaccionan a ese grito y suben un poco el ritmo, poco más adelante hay un pasillo de gente con vallas a los lados y varios arcos, parece la llegada de una etapa del tour, me llevo las manos a la cabeza, nudo en la garganta. Cambio el ritmo veo gente delante a la que puedo adelantar ¿de donde has salido estas fuerzas?¿donde las tenía escondidas? voy casi a ritmo de serie estos últimos metros. Oigo mi nombre, no necesito mirar para saber que son Elena e Isidro, pero no puedo sonreirles ni mirarles, tengo mis pupilas clavadas en el crono de la prueba que muestra 3horas 20 minutos una marca muy redonda, así que aprieto los dientes para que no llegue a pasar a 21, lo consigo.


Cruzo la meta en  3horas 20 minutos 26 segundos y empiezo a llorar ¡lo he conseguido! un organizador se acerca a mi para ver si estoy bien y acabamos dándonos un abrazo, pocos metros más adelante me espera mi medalla de finisher la recojo empapado en lágrimas. Enseguida aparecen Elena e Isidro aunque yo ya me he serenado un poco, si no sé que el abrazo con mi hermana podría haber acabado en unos lloros increíbles.




Me cuesta mantenerme en pie, los isquiotibiales me matan y necesito un masaje así que me pongo a hacer cola. Un poco después llega Sergio y abandono la fila para preguntarle como esta, llega con calambres, se ha deshidratado debido al calor, le ayudo a estirar los gemelos, ha sufrido mucho durante la carrera, pero los dos llevamos la medalla al cuello, era nuestro objetivo y esta conseguido.



Mientras espero el masaje me pongo a hablar con gente con la que he compartido kilómetros, dos en particular , los dos debutantes también, uno de ellos Roberto con el que había hablado hacía unos kilómetros, me alegro de que al final haya terminado bien.



El masaje me deja mucho más relajado, ahora puedo andar con normalidad, eso si me he descalzado y ahora no me quiero calzar porque me duele el empeine derecho. Voy descalzo por la calle a buscar la mochila y por fin me voy a casa.




Se acabo la que seguramente ha sido la mañana más dura de mi vida, no sé si será masoquismo o que, pero antes de llegar a casa ya tengo decidido que quiero correr otra maratón esta temporada.