lunes, 10 de febrero de 2014

Nuestro amigo el crono

          Todo runner que lleve cierto tiempo corriendo tiene su particular relación amor-odio con el crono, mas o menos intensa dependiendo del corredor. Lo que esta claro es que a todos nos gusta ver los progresos, y ademas de las sensaciones que tenemos al correr, la forma mas fácil de verlos es el tiempo que nos cuesta correr una distancia a la que estamos acostumbrados. Al fin y al cabo es la base del atletismo, como dice el lema de los juegos olímpicos, "citius, altius, fortius" más rápido, más alto, más fuerte.



          Cuando empecé a correr hace ya unos años, salia sin reloj, pero me fijaba en la hora en el reloj de la cocina justo antes de salir y nada mas volver, aunque no era nada preciso me servia para hacerme una idea. También hay que decir que cuando empece, me dedicaba a correr 4 kilómetros lo mas rápido posible sacando el pulmón por la boca. Con el tiempo mis entrenamientos han evolucionado y también mi forma de medir el tiempo, ahora utilizo un Garmin Forerunner 210 del cual no me separo nunca. Puede que no le haga ni caso en algún entreno un poco más tranquilo, pero llevarlo lo llevo.


          Yo soy de los que tienen una relación muy intensa con el crono, adoro enfrentarme a él una y otra vez, adoro su imparcialidad, contra él todos somos iguales, da igual si tienes un día bueno o malo, para el reloj los segundos siguen pasando inexorablemente, no da lugar a interpretaciones, es como un listón en el salto de altura, o lo has dejado en pie o lo has tirado, no hay punto medio, o has hecho el tiempo o no, adoro esa sensación de grandeza cuando has vencido al crono, aunque realmente has vencido a tu "yo" del pasado, llegar deshecho a linea de meta, mirar tu muñeca y sonreír.

          También lo odio, odio cuando parece avanzar más rápido que mis piernas sin ninguna piedad, odio cuando pasa tan deprisa en la recuperación de las series, odio cuando me dice que no estoy dando lo mejor de mí, cuando me he esforzado al 100% y me responde burlón que no he logrado mi objetivo.

          Según lo veo yo, es necesaria esta relación, salir a la calle y no saber quien ganará hoy, aunque salir a la calle y presentar pelea ya es una victoria. No conozco una sensación mejor que mirar el reloj cuando se acaba la recuperación de una serie, sonreír, pensar "hoy no me vas a ganar" y salir a la siguiente batalla.


"quitando la pila al reloj nunca matarás al tiempo"

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