Crónica de mis pensamientos y sensaciones.
Hoy es el día antes de mi primer maratón, ya he ido a recoger mi dorsal tengo todo preparado y ya llevo unos cuantos días sin pensar en otra cosa. Mis padres están de viaje, toda la casa para mi, lo agradezco, me permite concentrarme en mis pensamientos. Me encuentro extrañamente tranquilo, esperaba nervios, pero estos solo aparecen cuando alguien me llama o me escribe para desearme suerte mañana.
Decido salir a trotar y a hacer unos progresivos a última hora de la tarde, está lloviendo, dudo en salir, pero pienso para mis adentros: ¿mañana voy a correr 42km y hoy no puedo mojarme un poco?? ¡vamos allá!. No me pongo las zapatillas que usaré mañana y con las que he entrenado últimamente para no mojarlas y llenarlas de barro. Me pongo las viejas, nada más empezar a trotar noto una ligerísima molestia en el talón, no puedo hacerme una rozadura por esta tontería de “entrenamiento” que arruine mañana mi carrera. Enfrío la mente y pienso la de kilómetros que he hecho con esas zapatillas sin ningún problema, realmente me van como un guante, solo son los nervios. Llego a casa y me doy un baño con hielo para recuperar las piernas lo máximo posible, ceno un plato de pasta y subo a mi cuarto a ultimar detalles.
Coloco el dorsal y los geles que voy a tomar en el cinturón, preparo el pantalón, la camiseta, los calcetines y los compresivos, no quiero sorpresas mañana. Pongo a cargar el reloj GPS, por un momento me invade un profundo sentimiento de envidia, con solo estar enchufado a la red un par de horas tendrá todo lo que necesita para el duro día de mañana. Rápidamente mi envidia se transforma en lástima por él, lo importante no es solo mañana, es todo lo que hay detrás. Acabo de tachar mi ultimo entreno del plan que llevo siguiendo 3 meses, 3 meses duros en los que he tenido que entrenar con mucho calor ya que hoy es 28 de septiembre y el verano de Zaragoza es asfixiante, he tenido que renunciar a cosas por entrenar.
Me voy a la cama son las 12 pasadas, pongo las piernas en alto 10 minutos antes de dormir mientras aprovecho para leer el twitter como posponiendo el irme a dormir. Sé que en el momento que me duerma, en un parpadeo, ya será mañana y aunque un 99% de mi esta deseando que llegue el momento hay un 1% que se niega a aceptarlo, puede que sea el porcentaje de cordura, el de prudencia o el de cobardía, no lo sé, pero el caso es que pierde por mayoría aplastante, a dormir. Pongo 3 alarmas por miedo a dormirme mañana, la primera sonara a las 5:30, espero poder dormir, en mi debut en media maratón dormí bastante mal.
Me despierto sobresaltado ¡¿Qué hora es?! ¡¿Me he quedado dormido?! veo que sigue siendo de noche y respiro tranquilo, pero me imagino que será medianoche y que ya no voy a pegar ojo, sin embargo, beep beep beep, las 5:30. Salto de la cama para desayunar cuanto antes, si he madrugado tanto es para hacer bien la digestión antes de la salida. Desayuno 4 tostadas con mantequilla y azúcar, un vaso de leche y uno de zumo. Mientras desayuno en la tele hay un grupo tocando que seguramente sea lo peor que he oído en mi vida (nuevas amistades-protección solar), pero no lo quito, realmente la de pensamientos que pasan por mi cabeza en este momento tampoco me permiten escuchar con claridad. Me escribo con mi amigo Sergio para asegurarnos de que los 2 estamos despiertos y listos para lo que nos espera, él ya es finisher en la maratón de Barcelona y me ha ido dando consejos y hemos compartido entrenos durante estos últimos meses. Una ducha para despejarme y me pongo camino al parque grande.
El tranvía me ha hecho llegar más tarde de lo que quería, son las 8:05, me encuentro con Sergio en la fuente de la entrada. Me tomo un plátano, dejo la mochila en el guardarropa, nos hacemos una foto,un poco de vaselina y apenas nos queda tiempo para calentar.
Nos colocamos bastante adelantados en el cajón de salida bien cerquita de nuestra liebre Luisa Larraga que esperemos que nos lleve hasta la meta en 3h15minutos.
Pistoletazo de salida, sonrisa de oreja a oreja, nervios, salida muy rápida, espero que los ritmos se asienten cuanto antes, somos un grupo muy numeroso, unos 50 intentaremos bajar de esa marca.
KM2 una bici nos dice que vamos 30 segundos más rápido de lo que deberíamos, a mi el GPS no me esta midiendo bien porque en al salida con tanta gente le costó encontrar satélites, así que voy a ciegas. Mi idea de todas formas es no mirar el ritmo ni los kilómetros en exceso para no obsesionarme, yo solo quiero seguir el grupo y mirar las pulsaciones de vez en cuando.
KM3 tengo delante de mí a un hombre mayor con cascos, se los quita, dice en voz alta:”¿queda mucho para meta?” solo él se ríe, se vuelve a poner los cascos y sigue a lo suyo, no puedo evitar reírme para mis adentros.
KM5 primer avituallamiento me pilla desprevenido y estoy en medio del grupo sin posibilidad de acercarme a los lados. Mi amigo Sergio se ha dado cuenta y ha cogido 2 botellas y me da una. No tengo sed, pero ya noto que empiezo a sudar así que bebo y me mojo la cabeza, sin acabar la botella del todo la tiro lejos del recorrido.
KM7 volvemos a entrar en el parque, la gente que estaba en la salida sigue allí y nos anima, se oye música, el grupo se acelera, yo el primero, me emparejo con la liebre e incluso en una curva en la que que me quedo un poco cerrado en el interior tengo que pasar a la cabeza del grupo. Rápidamente me tranquilizo y me dejo caer a mitad del grupo para que tiren los que lo tienen que hacer, porque si me dejasen tirar según las emociones de ese momento íbamos a volar. Aunque mi reloj cuenta los km con cierto desfase voy viendo parciales demasiado rápidos aunque las pulsaciones se mantienen entre 160 y 165 pulsaciones. Noto unas molestias en la rodilla que 2 semanas atrás me trajo de cráneo y acojonado, pero el dolor se paso corriendo, así que hoy debería de ser igual. Simplemente no pensaré en ella y seguro que desaparece el dolor.
KM10 segundo avituallamiento, esta vez me guardo la botella durante casi un kilómetro entero para asegurarme de que no tengo sed antes de tirarla. Antes de tirarla ofrezco a ver si alguien del grupo quiere. No me falta el aire para nada, he intercambiado unas cuantas palabras con Sergio y las sensaciones son de que a ese ritmo podría ir hablando sin problema. En un bucle por el canal nos cruzamos con la cabeza de carrera, que manera de correr.
KM15 tercer avituallamiento en este además de agua hay powerade, cojo un vaso y una botella. esta parte es todo bajada y se agradece (Paseo Cuellar y Sagasta). Sergio me dice que quiere tomarse ya el primer gel, yo tengo ganas pero quiero seguir el plan, uno cada 5km a partir del 20.
KM17 mi hermana Elena y mi cuñado Isidro están esperándome, me hacen unas cuantas fotos me dan ánimos y yo les digo que voy muy cómodo, voy sonriendo y con fuerzas renovadas un par de kilómetros.
KM20 me tomo mi primer gel un poco antes de llegar al avituallamiento, dan plátanos y me tomo medio además del agua que no puede faltar. aunque el día esta nublado hace calor y hay mucha humedad. Entre el km 19 y 20 es la primera vez que noto algo de cansancio y ganas de llegar a la recompensa del avituallamiento.
KM21 pasamos la media maratón, miro mi reloj, 1h:34minutos me sale del alma un “pero si vamos follados”. eso es mejor tiempo que mi marca de medio maratón de hace unos meses (1h:35) desde una bici nos gritan algo que ya sabía: “vais 4 minutos por encima”. Por mi cabeza no pasa el ponerme a hacer cálculos pero de seguir así sería una marca increíble. Ha pasado la media maratón ya y parece que acabe de salir, es lo bueno de seguir el grupo, tengo la cabeza ocupada en mil cosas. Voy intentando memorizar sensaciones y situaciones para luego escribirlas. Voy increíblemente bien pero he perdido a Sergio, no se cuando exactamente entre el 19 y el 21. Me vuelvo a mirar hacia atrás y no lo veo. Espero que este bien.
KM24 primera vez que me entran ganas de llorar de la emoción, un grupo esta animando en la esquina de Echegaray con don Jaime gritando “tú si que puedes, tú si que puedes”. Un nudo en la garganta me paraliza la respiración unos segundos. Estamos entrando en la zona más céntrica del recorrido y hay más gente por las calles. un poco antes he vuelto a ver a Elena y a Isidro, van apareciendo por sorpresa en los laterales. Eso me mantiene alerta, voy escrutando todas las caras en busca de algún rostro familiar para que me diga algo, o una persona que me dedique una sonrisa. Yo aun no me he borrado la mía desde la salida, voy sonriendo mirando a la gente al pasar, ya habrá tiempo de sufrir, por ahora solo disfrutar.
KM25 quinto avituallamiento, aquí se me acumulan las cosas para hacer sin bajar el ritmo, acabo de tomarme el gel, ofrecen vaselina y por supuesto cojo un poco y me doy en la ingle para prevenir, porque por ahora ninguna molestia, agua, powerade y un plátano. me han cogido unos metros pero enseguida los recupero. En estas calles tan céntricas, estrechas y con tanta curva se esta estirando mucho el grupo y veo que voy cerrando el grupo, hay que ponerle remedio. En la plaza del pilar un compañero, Roberto, me ofrece agua, pero yo acababa de hacer lo propio con la mía así que no tengo sed, pero empezamos una breve conversación que durará hasta cruzar el puente de piedra, el también debuta hoy y esta semana el pie le ha tenido en jaque y no ha podido entrenar, yo le digo que la maratón no es cosa de una semana y que ya verá como todo va bien.
KM30 no sé como ha pasado pero llevo 2km en persecución del grupo, ¿cuando se me han escapado? creo que ha sido después de la subida del puente del tercer cinturón, me he dormido un poco ahí. Los tengo a unos 30 metros, no más, pero quiero neutralizar la distancia cuanto antes y no lo consigo. Aprovecho el avituallamiento para recortarles ya que el grupo siempre pierde algo más de tiempo que una persona sola. Vuelvo a estar con ellos, respiro aliviado. Mal hecho, esto no iba a ser tan fácil, no han pasado ni 200 metros y vuelvo a estar como antes, la distancia ni aumenta ni disminuye, se mantiene así, casi 3km más, parece que hubiese un campo magnético que me impide acercarme. La distancia parece trazada por un delineante, los mismos 30 metros todo el rato, los pongo en el punto de mira, mis ojos solo les ven a ellos, pienso”¿que mas da el hueco si les mantengo el ritmo? ya se lo recuperaré en una bajada o al llegar a meta” demasiado optimista pensar que eso iba a durar así para siempre. llega un momento en el que el campo magnético aumenta de fuerza y empiezo a caer metros para atrás. En el km36, que voy a estar solo hasta el final ya es una realidad. Lo primero que pienso es adiós a la marca, no te obsesiones, empieza el maratón. Esto ha sido una salida neutralizada que ha durado 36km pero realmente es ahora cuando en mi cabeza ha sonado el pistoletazo, una carrera de 6 km. Me cruzo con Sergio, nos damos ánimos mutuamente, me alegra ver que sigue en carrera aunque este sufriendo.
Ahora si empiezo a mirar el reloj más a menudo, no quiero que sea una sangría de minutos excesiva. No me marco ningún ritmo objetivo, simplemente que cada vez que lo mire no haya frenado demasiado desde la vez anterior, esto me lleva a ritmos de 5 bajos al principio y conforme pasan los kilómetros a 5:20-5:25.
KM38 pienso ya solo quedan 4km, sonrío para mis adentros, ya casi lo tengo, lo transformo en tiempo y pienso “ a este ritmo serán unos 20-25 minutos”. Debo de ser gilipollas, eso suena mucho más desalentador. Después de lo que llevo en las piernas decir 4km suena a calderilla, pero ¿¿25 minutos más de esto?? Realmente estoy empezando a sufrir, hace un par de kilómetros ha vuelto el dolor de la rodilla, un patinador me ha puesto reflex y parece que lo mitiga, pero no lo mata, me duelen las plantas de los pies, ¿cuantos pasos habré dado ya?. También he perdido la cuenta de las veces que he dicho “joder” desde que perdí el grupo. Llega la pasarela del voluntariado poco antes del 39, lo bueno de ir solo, nadie por delante y nadie por detrás, en tierra de nadie, es que cuando se oye un mensaje de ánimo es todo mío, nada más cruzar hay un montón de gente con bocinas y animando muchísimo, segunda vez a punto de llorar. Llegado a este momento solo sonrío cuando me hablan, como para dar las gracias, debo de llevar la cara desencajada.
KM40 ¡por fin llega el agua y el gel! el final del kilómetro 39 es bordeando la Expo en línea recta y muchísima gente me anima y sonrío ¿¡sonrio!? ¿como puede ser que que pueda sonreír? Veo aparcadas un poco más adelante las motos de Elena e Isidro, inconfundibles. Pienso que ojalá estuviesen ellos y no las motos, quiero parar, necesito esos ánimos, que corran conmigo estos 2 últimos kilómetros, pero aún así el simple hecho de ver las motos y de saber que me están esperando en la meta me da un poco de fuerza.
KM41 oigo pasos detrás de mi, me propongo que de aquí a meta ya no me pasa nadie más, no es que este perdiendo demasiadas posiciones, pero hay un goteo constante de corredores pasandome desde hace unos kilómetros(al final me ha adelantado el hombre del km39), me vuelvo, son 2 hombre acompañados por 2 amigos en bici. Los de las bicis no dejan de hablarles y de animarles y yo me aprovecho de esos mensajes de apoyo como si fueran para mi. Veo a mi amigo Miguel, le digo “no puedo más Miguel” pero es mentira, no me paro, así que si que puedo más. Llevo kilómetro y pico por la expo y sigo sin ver la meta, en una terraza la gente aplaude a mi paso y el de mis perseguidores, rodeamos el pabellón de Aragón y sigo sin ver el arco de meta ni siquiera el km42.
KM42 no puedo evitar decir en voz alta(casi gritar) “sólo 195 metros” mis piernas reaccionan a ese grito y suben un poco el ritmo, poco más adelante hay un pasillo de gente con vallas a los lados y varios arcos, parece la llegada de una etapa del tour, me llevo las manos a la cabeza, nudo en la garganta. Cambio el ritmo veo gente delante a la que puedo adelantar ¿de donde has salido estas fuerzas?¿donde las tenía escondidas? voy casi a ritmo de serie estos últimos metros. Oigo mi nombre, no necesito mirar para saber que son Elena e Isidro, pero no puedo sonreirles ni mirarles, tengo mis pupilas clavadas en el crono de la prueba que muestra 3horas 20 minutos una marca muy redonda, así que aprieto los dientes para que no llegue a pasar a 21, lo consigo.
Me cuesta mantenerme en pie, los isquiotibiales me matan y necesito un masaje así que me pongo a hacer cola. Un poco después llega Sergio y abandono la fila para preguntarle como esta, llega con calambres, se ha deshidratado debido al calor, le ayudo a estirar los gemelos, ha sufrido mucho durante la carrera, pero los dos llevamos la medalla al cuello, era nuestro objetivo y esta conseguido.
Mientras espero el masaje me pongo a hablar con gente con la que he compartido kilómetros, dos en particular , los dos debutantes también, uno de ellos Roberto con el que había hablado hacía unos kilómetros, me alegro de que al final haya terminado bien.
El masaje me deja mucho más relajado, ahora puedo andar con normalidad, eso si me he descalzado y ahora no me quiero calzar porque me duele el empeine derecho. Voy descalzo por la calle a buscar la mochila y por fin me voy a casa.
Se acabo la que seguramente ha sido la mañana más dura de mi vida, no sé si será masoquismo o que, pero antes de llegar a casa ya tengo decidido que quiero correr otra maratón esta temporada.
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